sábado, 16 de abril de 2011

Desde mi ventana

Desde mi ventana espío como la ciudad cambia. Las calles son un hervidero de gentes que van y vienen de un lado a otro. Posiblemente sean las mismas personas que a diario recorren estas rúas pero en estos días caminan diferente, hablan diferente y crean un ambiente, sobre todo en el centro de la ciudad, diferente al del resto del año.
Es Semana Santa.
Desde mi ventana veo los bares y restaurantes a rebosar. Los camareros no dan abasto para atender todas las mesas que inundan las terrazas. Desayunos, comidas, cenas. Los cartageneros viven en la calle durante estos diez días recreando estampas de Cartagena que nunca se darán el resto de los meses.
Desde mi ventana contemplo como procesionan las diferentes cofradías. Californios, marrajos, también los del Socorro y Resucitado. Las calles se llenan de colorido. Rojo, morado, blanco, todos desfilando al ritmo del mismo redoble. Superándose cada año por hacer más grandes sus respectivas hermandades y trabajando unidos en la exaltación de nuestra ciudad y de su Semana Santa.
Desde mi ventana observo el paso de los tronos. Imágenes que invitan al recogimiento, a la reflexión y a la devoción. Capaces de lograr que el que llora, calle, y el que grita, enmudezca.
Desde mi ventana descubro a miles de cartageneros reunidos en los alrededores de Santa María para entonar con una sola voz la salve. Nuestro cántico a la Soledad, a la pequeñica, a la Dolorosa, a la Esperanza, Rosario, Piedad y Amor Hermoso…a la Caridad.
Este año serán muchos los cartageneros que verán la Semana Santa desde sus ventanas. La crisis, el desempleo, el desánimo y la frustración se convierten en esas cofradías a las que nadie quiere pertenecer pero que, desgraciadamente, forman parte de la procesión que muchos llevan por dentro.



6 comentarios:

  1. Una descripción muy bonita del sentimiento cartagenero en Semana Santa... y la puntilla de la penitencia que muchos llevan tiempo cumpliendo con esto de la crisis muy acertada al final. Seguro que ya tienes adeptos a tu columna y acabarás haciendo como Arturo Pérez Reverte con "Patente de Corso", libro recopilación, jeje

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  2. Tu ventana son mis ojos y me recreo con tu vista. Puedo ver los puestos de caramelos, los niños vestidos de domingo con trompetas, las señoras con mantilla y los nazarenos invadiendo cada calle con su presencia. ¡Es la Semana Santa de Cartagena, el mejor escaparate de nuestra ciudad! No dejemos que la crisis nos afecte tanto como para ponerle el cartel de "en liquidación"

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  3. Estoy contigo, José María. La Semana Santa es única, con todas sus estampas características, como Miguel describe a la perfección. Estoy deseando dejar la ventana y echarme a la calle para disfrutar con el sonido de los tambores, las marchas que consiguen erizarme la piel cada vez que las escucho y el paso sincronizado y perfecto de sus penitentes. Por no hablar de ese Jesús Nazareno en la Madrugada, de la Pequeñica y de la alegre procesión del Domingo de Resurrección. Un gustazo para los sentidos y para el alma.

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  4. Lastima que estas estampas solo se vivan en Cartagena en Semana Semana. Ojala todo el mundo estuviera asi en las calles el resto del año!

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  5. Muy bueno, si señor, la vista desde tu ventana.
    Que te puedo decir yo que no esté dicho ya. Esta semana grande que hacemos grande cáda uno de los Cartageneros que nos lanzamos a las calles con los ojos y corazones llenos de fervor y pasión a ver y sentir ese paso de los tercios por sus calles. Esos penitentes acompañando a sus imágenes con una formación y seriedad casi militar, ocultando sus sentimientos de pasión y devoción bajo un capuz, esos portapasos que sobre sus hombros doloridos y lisiados portan sus imágenes con orgullo y devoción, haciéndolas pasar por las calles de nuestra ciudad para disfrute y deleite de su gente.
    Ese murmullo de gentes solo quebrantado por el grito de pasión de algún portapasos embriagado de pasión y rebosante de fervor, por sus saetas al paso de sus vírgenes ,o la misma salve Cartagenera, que tantas voces alzan al recogimiento de sus Virgenes.
    Que grande es, verdad? Cuantos sentimientos florecen en ese momento, yo como portapasos de una de las procesiones más serias de nuestra Semana Santa te puedo decir que no hay ni un solo momento en el trayecto de de “nuestra” procesión que no me den ganas de gritarle a ese Cristo clavado en el madero, pero como muchos de mis hermanos cofrades gritas para tus adentros embuchándote de pasión y sólo en un momento de todo el recorrido soltamos esa energía acumulada durante todo el trayecto para gritarle a nuestra Virgen elevando nuestros tronos al paso de la misma a su recogida, cuantos sentimientos y lagrimas afloran de tantos y tantos Cartageneros, eso es lo que hace grande esta Semana Santa nuestra.

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  6. Enhorabuena Mike por tu columna en el periódico, por algo se empieza y seguro que tu llegas muy lejos :) Me ha gustado mucho tu descripción de la Semana Santa cartagenera, y ojalá que Cartagena tuviera ese espíritu todo el año...de echarse a las calles y llenarlas de vida.

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