miércoles, 11 de mayo de 2011

El último árbol

Con ese ya son trece los camaradas caídos en el día de hoy. Apenas quedamos una docena en este bosque donde antes nos contaban por cientos.
Durante siglos hemos tenido que sobrevivir frente a los continuos ataques de nuestros vecinos. Hemos aguantado todo tipo de vejaciones. Miles de nosotros han perdido la vida bajo las llamas provocadas por la demencia de estos seres. Mires a donde mires, compruebas cómo viven gracias a lo que nos roban, a esas vidas que nos arrancan sin remordimiento alguno. Para ellos somos una simple materia, así nos llaman. Nos usan, nos utilizan y cuando ya no pueden exprimirnos más desechan nuestros restos y los carbonizan.
¿Y que hacemos nosotros?
¿Acaso nos defendemos?
Todo lo contrario. Les damos cobijo. Les cedemos nuestros claros para que acampen. Nuestros ríos para que se refresquen. Les abrimos senderos para que nos crucen y espacios para que jueguen. Los protegemos de los rayos solares para que no sufran. Les ofrecemos tranquilidad, reposo, calma, paz…Naturaleza…Vida.

Ha llegado mi turno. Vienen a por mí.
Es irónico. Dicen sus libros que somos seres vivos…Y yo me pregunto:
- ¿Por qué no se nos trata como a tales?
- ¿Por qué?...

3 comentarios:

  1. Así, así, esas madereras deben actualizar su mente y manera se subsistir en un mundo en el que se apuesta por el desarrollo sostenible.
    Estamos en la obligación de proteger el futuro de nuestros hijos en un mundo más sano y verde.

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  2. Todos podemos poner nuestro granito de arena... El relato de Miguel es el principio, ahora hay que seguir.

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  3. Me gusta la vertiente ecológica de tus relatos. Sigue asi.

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