Se situa siempre en el paseo marítimo, allí hace su vida durante los meses estivales. Duerme, come y trabaja en el mismo lugar, en ese trozo de arena de la playa centro, bajo el paseo marítimo. Junto a las figuras pone una toalla donde siempre hay unas pocas monedas que la gente lanza desde arriba.
De eso vive Julián, de las monedas que los veraneantes le lanzan a la toalla como gratificación al trabajo realizado con la arena...sólo arena....sólo arte.
Por las mañanas, a primera hora, se le ve dormir junto a sus esculturas, mojadas por la humedad y el relente de la noche, bajo una vieja sombrilla. Al medio día se le ve trabajar en la recomposición y arreglos de sus obras. Al anochecer, cuando el paseo muestra más afluencia, se le ve sentado en una silla de playa, al lado de las esculturas, con la cabeza bien alta sabedor del gran trabajo realizado, y orgulloso del mismo ,y esbozando sonrisas a unos y a otros, sobre todo a los que desde arriba dejan caer sus monedas sobre la toalla extendida en la arena.
Este verano ha hecho sin duda la mejor obra que le he visto jamás. La llamó La Selva y representaba un león, un gorila y una mujer de la tribu de los Masai, con su niña a la espalda. Las tres figuras escoltadas por un cocodrilo y una tarántula.....eran perfectas, los rasgos del león, la cara de incertidumbre del niño sobre la espalda de su madre, la cara de bonachón del gorila. La tarántula parecía que iba a echar a correr en el momento que alguien se acercara demasiado. Era perfecta, y era arena...arte.
Julián no contó con las lluvias torrenciales de la segunda semana de Agosto, atípicas a esas alturas del mes. Tampoco imaginó que donde el se situó desembocaría un torrente de agua que fue en lo que se convirtió la calle, cuesta abajo, o arriba, depende de donde se mire, y que desembocaba en el paseo marítimo. Nunca pudo pensar que desde donde antes llovían monedas ahora caía una cascada de agua sobre sus obras.....Todo quedó destrozado. El trabajo de todo un verano deshecho por el agua y el granizo. Tan sólo quedaron montones de arena mojada, sin formas, sin rostros...sin arte. Fue un golpe demasiado duro para Julián quien no volvió a rehacer las obras. Ese mismo día cogió su vieja sombrilla, su silla de playa y desapareció con unas pocas monedas en el bolsillo.
Con suerte espero que allá donde se encuentre ya esté pensando en que maravillas hará el año que viene para deleitarnos la vista.
Por su puesto la historia es cierta, toda menos el nombre del artista. Recordé su cara y me salió el nombre de Julián. Pero ya sea ese, o Juan, Antonio, Rafa, o.....lo que no se puede dudar es que es una artista de verdad ,capaz de hacer, con sólo arena ,una impresionante obra de arte.
Nos vemos el año que viene ......Julián!!!!
Me encantan estas figuras de arena. Son un arte efímero que el artista, porque no tiene otro nombre, realiza en algo tan inerte como la arena, dotándola de "vida" y realismo.
ResponderEliminarComo tu bien dices, los buenos, las hacen tan reales que parecen cobrar vida.
Pero como todo en esta vida, lo bueno dura poco, y esto no iba a ser una excepción.
Esperemos que para el próximo año "Julian" tenga a bien deleitar a los transeuntes de Guardamar con su arte efímero.
Un saludo a todos los artitas.
Tú sí que eres un artista!!!!!
ResponderEliminarA ver si el año que viene os acercais por allí y vemos lo que es capaz de inventar.
Eso está hecho, bueno si todo va bien, no hay riadas, ni guardamar desaparece por la crecida de La Mar.
ResponderEliminarEn fín, que creo que si será posible.